Cortar la torta pasó de moda. En los grandes eventos, los pasteles con múltiples pisos ya no son los protagonistas. Por el contrario, quienes se llevan todos los laureles son las delicias en miniaturas.
Las mega tortas se han convertido en medianas o pequeñas y el atractivo de la mesa son los mini postres que la rodean. Muchos pasteleros sostienen que los invitados, a la hora de elegir, prefieren los
postres pequeños por dos razones: la primera es que son más atractivos a la vista y, la segunda, pueden probar más de uno sin llegar a empalagarse o a llenar su estómago.
Fue así como esta tendencia que comenzó en los grandes eventos se hizo extensiva a los restaurantes donde ya no se sirven grandes porciones de un postre. Por el contrario, muchas casas de comida ofrecen en sus cartas la degustación de varios dulces como si fuera un “tapeo” pero del último plato. En general, se ofrecen entre 3 y 5 miniaturas para que los comensales disfruten sin terminar empalagados.
Los postres se fueron haciendo un lugarcito en la gastronomía y hoy son tan importantes como el plato principal. Los restaurantes seleccionan minuciosamente a los pasteleros y procuran tener la mejor carta de postres frente a sus competidores. Las empresas de catering, por su parte, ofrecen a sus clientes una variedad, antes impensada, de menús dulces.
Entre los postres más elegidos para los eventos, se encuentran el lemon pie, el
tiramisú, la cheesecake, los cupcakes, los
macarones y los postres a base de chocolate. Todo depende del tipo de celebración y del gusto del cliente. La combinación de dulces y las presentaciones son infinitas.