La cocina escandinava tiene sabores que recuerdan a sus paisajes: huelen a pinos, abedules y fiordos.
Conozco bien esta cocina nórdica por haber vivido en
Finlandia y
Suecia; y pasado por
Dinamarca. Los vikingos supieron mantener su tradición hospitalaria.
Estas son algunas pistas para el viajero gourmet: 1. Uno de los platos emblemáticos de esta cocinan ancestral es el
grav lax (en sueco), la mejor manera de tratar y conservar el
salmón. Una técnica antigua que consiste en macerar el
pescado en sal, azúcar, pimienta,
eneldo y enterrarlo en la tierra. Ya no se usa este método, se los deja reposar en la heladera, con un peso sobre el pescado. Lo acompaña siempre una salsa de
mostaza agridulce. Es un plato muy popular en cualquier restaurante de
Oslo.
2. Como el
bacalao fresco (
abadejo), hervido, servido con manteca, papas, zanahorias y
pikcles de pepino; o el bacalao seco, una técnica que se ejerce desde hace mil años, que los vikingos legaron al mundo.
3.
Anguila (deliciosa especialmente cuando esta ahumada),
arenques,
rodeballo,
lenguado y
salmonetes se encuentran entre esta amplísima variedad que caracteriza a una región que ejerce el arte de la pesca desde la era pre-vikinga.
4. La carne de
reno, guisada ahumada y hasta en
chacinados es otra de las especialidades que llega del frio, desde el norte de Noruega, pero se consumen en los restaurantes de Oslo.
5. Los
quesos de vaca, cabra u oveja son excepcionales.
6. El
aquavit, como en Suecia, es el potente aguardiente nacional.
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