Para comenzar, mezclamos 300 gramos de harina integral, 200 gramos de harina blanca y 30 gramos de sal. Luego, hacemos un hueco en el centro y añadimos 15 gramos de levadura, agua tibia en cantidad necesaria y dejar fermentar unos minutos.
Amasamos de adentro hacia afuera hasta obtener una masa lisa y homogénea. Dejamos descansar.
Para el relleno, mezclamos tomates secos conservados en aceite de oliva, mozzarella rallada, parmesano rallado y hojas de albahaca y reservamos.
Luego, estiramos la masa disponiendo el relleno en el centro. Pintamos con agua los bordes, doblamos y hacemos un repulgue. Pintamos con aceite de oliva y espolvoreamos con
parmesano. Llevamos al horno a 200 grados hasta que esté dorado y crocante.