De chocolate, con frutas o chips; las cookies y los budines son los preferidos para la hora de la merienda. Descubre qué estás haciendo mal al prepararlos y consigue su mejor versión.
Toma en cuenta que a través de la práctica podrás ir perfeccionando tus preparaciones y recuerda que en El Gourmet encuentras la receta ideal para ese antojo dulce.
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Precisión y antelación
En la repostería no hay lugar para la improvisación, tanto en ingredientes como en cantidades, así que el primer error es no leer con anticipación la receta para que así puedas tener todo listo, desde los utensilios como báscula, tamizador o papel encerado, hasta cada uno de los ingredientes que se necesitan, sin sustituir una cosa por otra.
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Harina incorrecta
De trigo, de centeno, integral o sin gluten; hay muchos tipos de harina y cada una tiene características distintas que pueden hacer que el resultado final de la receta varie. Por lo general se utiliza la harina de todo uso, pero es importante estar atento y emplear siempre la adecuada.
Además de precisar la cantidad exacta para lograr la textura ideal, pues por ejemplo, si se usa poca harina al preparar cookies, quedarán planas, duras y quebradizas.
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Amasar en exceso
A veces el proceso de amasado puede ser entretenido, pero una masa demasiado trabajada puede traer resultados desfavorables.
Al amasar demasiado, ya sea a mano o con batidora, la masa se vuelve dura, pierde su elasticidad y hará que un budín quede con una textura apelmazada o que las galletas se extiendan de más. Por lo tanto, la masa se debe trabajar sólo hasta que se mezclen los ingredientes o el tiempo que indique la receta.
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Horno frío
Precalentar el horno es básico para lograr el punto de cocción y textura ideal en un postre, pues si metes la charola o refractario a un horno frío, tardará más en cocinarse, pero a la vez, la superficie se dorará rápidamente, dando como resultado un budín o galletas resecas y duras.
No dejar enfriar
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Al apagar el horno, muchas veces lo que quieres es probar rápidamente la delicia que horneaste, pero no cometas ese error, pues al manipular el postre aún caliente, lo único que lograrás es que éste se rompa o desmorone, además que el sabor final se puede percibir una vez que la preparación ha reposado mientras se enfría.
Tras apagar el horno recuerda sacar de inmediato el recipiente y colocarlo en una superficie plana donde se pueda enfriar sin corrientes de aire.
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