En una olla, calentar la crema de leche hasta el punto de hervor.
En un tazón, colocar el chocolate y volcar la leche hervida sobre el mismo. Dejar reposar por unos minutos y luego mezclar hasta fundir totalmente el chocolate.
Permitir que se enfríe un poco –que la temperatura sea de menos de 50 °C-. Agregar la mantequilla y mezclar.
Por último, incorporar la gelatina hidratada en agua.