Sobre un tazón, tamizar la harina, la canela, el cardamomo, la nuez moscada, la pimienta negra, el jengibre en polvo, el bicarbonato de sodio, la sal y el polvo para hornear.
En una olla, calentar la miel y el azúcar. Una vez que el azúcar se disuelva, dejar enfriar hasta que tome temperatura ambiente.
Añadir la mantequilla pomada e integrar con un batidor de alambre. Perfumar con la ralladura de limón y kirsch.
Volcar la preparación de la olla en el tazón de los polvos secos ya tamizados. Integrar bien la mezcla.
Añadir las cáscaras de los cítricos confitadas y la mitad de las almendras fileteadas.
Colocar la masa en una placa de 30 x 40 cm con papel mantequilla y pasar una espátula.
Llevar a la nevera durante 8 horas como mínimo. Luego cocinar en el horno a 170 °C por 35 minutos. Retirar y servir.