Vinos en la octava maravilla

Una rauda vista a Iguazú para volver a esos alucinantes paisajes tropicales y únicos en el mundo.Fui invitada esta vez para la primera feria de vinos en este raro punto del planeta que atrae a miles de visitantes, donde se rozan tres países.

Placeholder Image
Compartir a través de tus redes

Una rauda vista a Iguazú para volver a esos alucinantes paisajes tropicales y únicos en el mundo.Fui invitada esta vez para la primera feria de vinos en este raro punto del planeta que atrae a miles de visitantes, donde se rozan tres países.


La propuesta del Grand Hotel Iguazú no podía ser más convocante; buenos vinos argentinos para bebedores brasileros, paraguayos y argentinos y el resto de turistas de todas las razas y colores, atraídos por degustaciones de vinos en este grandioso marco.

Verde en todos los matices en una selva domada, el parque dónde se erige el Grand, con sus gritos y susurros y la voluptuosa tierra colorada., Pájaros con extraños silbidos, mariposas. Un sendero ecológico lleva a lomas profundo de la naturaleza, prolijamente clasificada a una huerta orgánica donde nacen esa hierbas que perfuman pacúes y surubíes, los deliciosos pescados de rio, preparados por el chef Julio Romero.

Julio Romero también es un experto en cocina de medio Oriente, muchos asiduos visitantes brasileros pertenecen a esa colectividad El misionero me hizo probar el mejor keppe crudo de mi vida, el secreto radica en que la carne debe estar absolutamente desgrasada y sin nervaduras, se trabaja solo con agua fría y se la condimenta muy poco. Y otros lujos gorurmet oreintales, como las hojas de parra rellenas, delicadas y sabrosas. Genial esos platos para acompañar en el caluroso mediodía, pese ser julio, con un Colomé Torrontés 2012.

A corta distancia del Grand se encuentra un hotel modesto con un restó recientemente inaugurado, Yuca’s, cuyo chef Emilio Galarza acaba de llegar del País Vasco. Trabajó en un stage con Andoni Luis Aduriz, y aplica s sus productos misioneros, como el surubí, la yerba mate o el mamón, técnicas, salsas y vinagretas de la cocina vasca. El resultado es genial, me encanta tanto el cebiche de surubí como el soufflé de mandioca, guarnición del pacú grillado.

En la feria de vinos del Grand, muchos amigos del Club del Buen Beber: las bodegas NQN y Fin del Mundo de San Patricio del Chañar, en el otro polo de esta inmensa Argentina, mostrando sus espumantes, sus Merlot y Pinto Noir. Finca La Anita, cuyo Petit Verdot, Syrah y Semillon maravillaron a los brasileros que aun no los conocían. Dulmes, la distribuidora porteña con un Príncipe (así se llama su responsable top) con una propuesta de alta gama, en la que brillaban los vinos de Altos Las Hormigas, tanto el Malbec en sus tres versiones como el Bonarda, gran descubrimiento para algunos, especialmente los extranjeros, y, el Semillon y el Malbec de Ricardo Santos, además de los clásicos vinos y espumantes de Norton, entre otros productos.

Vuelvo a la gastronomía, acabo de reencontrarme en el desayuno con el reviro, cuyo nombre no es inocente, de alguna parte sale. El plato nombra a los locos, a esos revirados. Para lograr un buen reviro, hay que revolver a lo loco ,,como la polenta o el cous cous, es un energético plato de la cocina pobre .Ni más ni menos que un engrudo de agua y harina que debe revolverse en una cacerola de hierro con cuchara de madera hasta que se desprende de las paredes de la olla, se desmenuza y adquiere la consistencia de pan rallado y frito, ya que se cocina sobre aceite, en versión más light aunque históricamente siempre se elaboró con grasa o manteca de cerdo como le dicen los españoles.

Me cuentan que una porción de reviro y charqui era el alimento que llevaban los hacheros a la selva. Ese es el desayuno de multitud de misioneros, en los grandes hoteles o en las casas. Una identidad gastronómica como el chipá.

Después de ese shock de energía ya estuve lista para legar a unos pocos Km. en auto, al Parque Nacional y allí tomar el trencito hacia los diferentes paseos, visitar nuevamente esas amenazantes paredes de agua atravesadas a veces por arco iris. Como el mar, siempre diferente, siempre transfiguradas. Esa enorme masa de agua estruendosa, que posee una atracción fatal para tantos. Sabihondos y suicidas de todo el mundo dan espectaculares saltos hacia otra vida (tema para un guión fílmico).

Bueno volver al hotel después de una experiencia siempre estremecedora. A la esplendorosa suite con terraza y a su relajante SPA, con circuito de aguas, saunas, piscinas y Gym, y tratamientos corporales a base de yerba mate, mimos reparadores para cuerpos y almas. Y al vino y sus personajes,

Compartir a través de tus redes

Mas tiempo para hacer lo que quieras

¿No quieres pasar demasiado tiempo cocinando? Descubre nuestros platos de 30 minutos o menos
Descubrir recetas rápidas