El veganismo es un tipo de vegetarianismo que va más allá de la privación de consumir cualquier tipo de carnes o pescados. Conozcamos de qué se trata.
Existen varios tipos de vegetarianos; los ovo-lácteo-vegetarianos: incorporan a la dieta vegetariana huevos y lácteos. Los frugívoros: consumen todos los vegetales excepto cereales y legumbres. Los macrobióticos excluyen las frutas tropicales y cualquier tipo de edulcorante artificial, mientras que en los higienistas, la impronta filosófica se hace más evidente en la adopción de un estilo de vida particular. Pero hay una tribu que se distingue de todos los demás vegetarianismos: los veganos.
Hacia principios del SXX, los vegetarianos se dividieron entre quienes impulsaban una marcada posición ética sobre el abuso de animales y quienes adoptaban esta dieta a razón de los favorables efectos sobre la salud.
Entre los que abogaban por un mayor compromiso con la igualdad de las especies surgen los “vegans”, término acuñado por Donald Watson y Elsie Shrigley, fundadores de la Vegan Sociey, en 1944. De esta manera el veganismo sumaba sus primeros adeptos con una propuesta filosófica como punta de lanza.
Tal es asi, que el veganismo, además de una práctica alimentaria, se promueve como una postura ética y filosófica ante la vida. De hecho, la dieta de los veganos es una consecuencia de sus convicciones. Sus adeptos propugnan el respeto por todos los seres que habitan el mundo. Reclaman el fin de la explotación de los animales por parte de la sociedad consumista y cuestionan la desigualdad que existe entre el hombre y las demás especies animales.
En consecuencia, algunos veganos -los más estrictos- se abstienen de consumir cualquier tipo de alimento, calzado, accesorio, indumentaria y hasta medicamentos que provengan o deriven de la manipulación de animales por parte del hombre.
Tal es el caso de David, vegano desde hace 2 años, quien manifiesta que su cambio está relacionado a su amor por los animales. “"Siempre amé a los animales y desde hace unos años estoy investigando sobre el maltrato y la explotación hacia las demás especies del reino animal. Yo no quiero ser cómplice de eso, por tal motivo no consumo nada que oculte algún tipo de explotación animal"”.
En tanto Juan Pablo, en transición al veganismo desde hace 3 meses, pondera la mejora en su bienestar general como argumento de su elección: "tengo mucha energía todo el día, no me enfermé más y se me despejó la mente. No sé cómo explicarlo. Antes me sentía en un estado de somnolencia constante, ahora siento como si hubiese recuperado mi cerebro al 100%”".
Todos coinciden en que hay pocas opciones para comer afuera. Los restós y casas de comida de este tipo son escasas: "“Si estás en la calle, comer sano y vegano se convierte en una misión imposible”", afirma Mariana, 33 años, quien desde su conversión, sortea este obstáculo elaborando en su casa la vianda para el almuerzo en su lugar de trabajo. "“Aprendí a combinar técnicas de cocina con conocimientos sobre micro y macro nutrientes, lo cual convierte la preparación de mis alimentos en un acto de alquimia”", sostiene.
Especialistas en alimentación coinciden en que cada quien es libre de elegir los alimentos que se lleva al organismo. Sin embargo, advierten sobre la importancia de un correcto balance de las vitaminas, proteínas y carbohidratos.
Para quienes emprendan el camino hacia el veganismo, es recomendable informarse sobre los alimentos de origen vegetal que reemplazan las proteínas que contienen las carnes.
En ese sentido, una buena práctica consiste en consultar a un especialista que aporte los aspectos imprescindibles a tener en cuenta para una adecuada nutrición.