Podés tener frente tuyo el plato de pastas más deliciosas del mundo, pero si no tiene un buen remate de queso rallado, seguro te vas a quedar con la sensación de que le faltó algo. Y es que pocos ingredientes son el corazón de una comida como lo es el queso. Este alimento que tiene casi 2 mil variedades y que para los antiguos griegos era “un regalo de los dioses”, es uno de los más versátiles, deliciosos y curiosos que existen.
Las variedades más curiosas: cómo se consiguen y qué los hacen únicos
El Pule se produce en Serbia con leche de burra y cuesta 5 mil euros el kilo. Solo existen 150 ejemplares del tipo de burra específico con el que se fabrica este queso, y para conseguir un litro de leche hay que ordeñar a al menos quince. ¿El detalle? , se necesitan 25 litros para hacer tan solo un kilo.
Quienes dicen que el queso roquefort es algo extremo, creerán que esto es de otro nivel. En la isla de Cerdeña se fabrica uno de los quesos más transgresores: el Cazu Mazu con larvas vivas. Esta “creación”, con leche de ovejas, para sorpresa de nadie, está prohibida en algunas partes del mundo. Su nombre quiere decir literalmente “queso podrido” y, deliberadamente, se le introducen larvas de la mosca Piophila casei, que profundizan la fermentación al romper los ácidos grasos con sus enzimas. Esto genera que se reblandezca y produzca un líquido llamado “lágrima”. La pregunta es: ¿las larvas pueden verse? Sí, llegando a medir hasta ocho milímetros. Aunque claro, hay quienes prefieren retirarlas antes de degustar el Cazu Mazu. ¡Bon appetit!
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El Époisses de Bourgogne era uno de los favoritos de Napoleón y se elaborada en la región de Borgoña desde el Siglo XVI por monjes. ¿Su cualidad más característica? Su olor fuerte, penetrante y expansivo. Su aroma es tan potente, que en Francia está prohibido llevarlo en el transporte público. Está hecho con leche de vaca y brandy.
Queso Cheddar. Uno de los quesos más fascinantes y desprestigiados del mundo. Antes de ser básicamente una salsa hecha de colorantes, gelatina, y sabores artificiales, era un queso fino que se producía en la región de Somerset, desde finales del siglo XII. En ese pueblo se encuentran las cuevas de Cheddar, que se usaban para almacenarlo, y era el favorito del rey Enrique II, que reinó hace 800 años. Pero, ¿cómo diferenciarlo de otros? Los productores seguramente eran brillantes genios del marketing, porque para distinguirlo le agregaban semillas de achiote, de un color rojo intenso que le dan al cheddar su color característico.
¿No tuviste suficiente con las larvas? El queso Milbenkase, producido en Alemania desde la edad media, está fabricado con excremento de ácaro. Sí, la fermentación no se hace a través de bacterias ni hongos, sino que con estos insectos y sus deshechos. Dicen que es una exquisitez. ¿Elijo creer?