Helado: ¿sabores tradicionales o exóticos?

El helado, definitivamente, es una de las cremas que más atrae a los amantes de los postres. Esto se debe a la dulzura en su sabor pero también a su textura, cremosidad y a la variedad de gustos que podemos encontrar en el mercado de acuerdo a la preferencia de cada uno.

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Las técnicas para preparar helados son cada vez más sofisticadas y, a los gustos clásicos, se suman nuevos que incluyen ingredientes como la pimienta, el mate cocido o el Malbec.

Durante las últimas décadas, las heladerías se han convertido en verdaderos laboratorios experimentales trabajando bajo el método de ensayo y error para satisfacer los paladares más exigentes y también a los de aquellos con gustos más exóticos. Prueba de esto son las combinaciones entre la crema helada y los ingredientes tradicionalmente utilizados para realizar platos salados o para beber. Hoy el mercado suma a sus gustos clásicos, helados con sabor a jamón , queso azul, cerveza, fernet o salmón, entre muchos otros.

Una cuestión fundamental en el proceso de elaboración es que el producto esté realizado con materia prima de calidad: la crema, la leche, los huevos y las frutas deben ser frescos. Eso garantizará su éxito. Otro punto a tener en cuenta es que, si bien, la innovación y la búsqueda de propuestas son positivas, algunos ingredientes pueden ser muy ricos en un plato principal pero, al transformarlos en helado, la mezcla se puede convertir en algo desagradable para nuestro paladar.

¿Y tú, de qué sabor lo prefieres?