Ciudad marina y luminosa. Tuve la suerte de recorrerla hace unos años, después de visitar Port Douglas, Cairns y su impresionante barrera de coral. Australia es otro mundo para disfrutar y saborear.
Todas las fusiones imaginables:
cocina thai,
china,
malaya,
viet e
india; también podemos encontrar
restaurantes franceses de primer nivel,
cocina mediterránea (especialmente italiana) donde mandan los productos orgánicos,
tapas españolas, entre otros, y mucha imaginación en las cocinas vanguardistas.
Los puertos y los mercados marcan la identidad de una ciudad. En el puerto de Sídney se pueden comprar todos los frutos y
pescados del mar. Además, hay puestos con
street food para probar bocados con todas las fusiones, los exotismos o las sencilleces de este paraíso.
Los vinos australianos, especialmente el
Sauvignon Blanc y el
Syrah (variedad que Australia revalorizó) acompañan los platos del mundo y la alegría de vivir.
Sigamos a Verónica por sus merodeos, mientras intenta comerse al mundo.
No te pierdas los nuevos episodios de Me voy a comer el mundo, con Véronica Zumalacárregui.