Se trata de comer rico y rápido. Las condiciones, de todos modos, siempre deben ser placenteras. Nada de comer apurado, en la cocina y a dentelladas, una pata de pollo del delivery.
1.
La tortilla inmediata Romper papas
chips en su bolsa y abrirla. Mezclarlas con cuatro huevos batidos y esperar que los trozos de chips se hidraten unos segundos. Tratar la mezcla como una tortilla, con unas gotas de aceite de oliva, cocinarla vuelta y vuelta.
2.
Una ensalada sofisticada A una bandeja de ensalada de vegetales mixtos comprados ya cortados, añadir una vinagreta con una pizca de miel y frutos secos (avellanas, almendras, nueces, piñones, entre otros).
3.
Sopa exótica casi instantánea A una sopa de crema de pollo de sobre, preparada según las indicaciones, añadir una cucharada de crema de leche, jugo de lima y dos cucharaditas de polvo de curry. Se sirve muy fría con cilantro picado por arriba.
4.
Revueltos Los revueltos, a los que los españoles son tan afectos, representan una solución drástica. Me gusta el de espárragos trigueros, con jamón crudo,
zucchini cortado finito y con bastante perejil o el de habas (siempre que no haya que pelarlas), arvejas (de lata o congeladas) y jamón crudo. Cualquier resto que tengas en la heladera puede tener su destino glorioso revuelto con huevos.
5.
Para los golosos En invierno, prueba el queso de cabra, dulce de cayote y nueces, como en el norte argentino. En verano, duraznos cortados en trozos con vino tinto, canela y otras especias dulces. O peras apenas pochadas en vino blanco y canela.
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