Casa Cruz, cocina porteña en escenario de lujo

Autor Elisabeth Checa
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Devino, todo el espacio, mucho más liviano y luminoso. Tiene la luz exacta para vislumbrar lo que hay en el plato. Sin exagerar. Aunque igual aconsejamos una linternita a mano. Hay cosas ricas como empanadas de lomo, revuelto gramajo, algunos vintage poco frecuentados como el steack tartare o los huevos Bendictine, y también el ineludible Kale en forma de  croquetas. En nuestra última visita probamos una rica ensalada nicoise especial, mas porteña que mediterránea  y  riquísimos cappelacci de alcaucil y papa . Entre otras propuestas de las cotidianeidades que nos gustan a todos,  hay  Polenta a la plancha, berenjenas parmesana,  milanesa Napolitana, ejemplo extremo de imposible fusión argentina,  y bifes a la criolla con aligot, en lugar del puré de papas de las casas. Hasta  tuvieron la osadía de incorporar un postre ya fue absoluto. Aquel Don Pedro, pasión de los bebedores de los fifties: helado con whisky pero del bueno.

 Aldo Graziani, socio del lugar es uno de os mejores sommelier de Argentina. Por supuesto la carta de vinos comprende  enologías clásicas, las mejores,  pero también  vinos vanguardistas y de autor.

Definitivamente  el ambiente se renovó en colores, mobiliario, iluminación  un espacio que conserva la identidad del restaurante original, pero con pinceladas actuales, que lo convierten en mucho más disfrutable.  Sobrevive el lujo pero no intimida. Hay más aire.

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