A caballo entre dos mundos

Los viñedos de Cheval des Andes rodean la cancha de polo, atrás los Andes. El paisaje conmueve a los europeos llegados para la presentación de la cosecha 2006 de este Grand Cru del Nuevo Mundo diseñado por los franceses Nicolas Audebert, Chief winemaker de Cheval des Andes y Pierre Lurton Director General de Ceval Blanc, en Saint Emilion en Burdeos, y de Château de Yquem, ese mito.

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Los viñedos de Cheval des Andes rodean la cancha de polo, atrás los Andes. El paisaje conmueve a los europeos llegados para la presentación de la cosecha 2006 de este Grand Cru del Nuevo Mundo diseñado por los franceses Nicolas Audebert, Chief winemaker de Cheval des Andes y Pierre Lurton Director General de Ceval Blanc, en Saint Emilion en Burdeos, y de Château de Yquem, ese mito.


Recuerdo haber asistido a la presentación en Saint Emilion de la cosecha 2001 en el año 2003: el vino era un caballo salvaje nacido por el assemblage de un estilo, con la base de un terroir único para el Malbec de 1929 de Terrazas de los Andes.

El vino es otro, probé en cada presentación las cosechas 2004, 2005 y antes, una primera experiencia que elaboró el entonces enólogo de la bodega Roberto de la Mota para seducir a Lurton. Lurton cayó rendido a los pies de este caballo que ahora lo apisona. Tanto como el polo, el paisaje, la gente. En la placentera reunión en el Wine Lodge, de los viñedos de Cheval des Andes, encontré a un Pierre Lurton mas divertido y relajado que nunca, siempre hay humor y doble sentido en sus ojos irónicos, también en sus palabras.

El discurso fue traducido con humor amable por su paisano, Nicolas, que minutos después de la presentación formal, integraría un equipo de polo (el negro) conque cuenta Cheval des Andes. Todos los jugadores están involucrados en la creación de este vino que une lo mejor de los dos mundos. La potencia americana y la elegancia francesa.

Mientras tanto la nueva cosecha del 2006 corría entre los invitados en el crepúsculo dorado, otoñal, de un día memorable. Esta cosecha 2006 está mejor que nunca, un excelente millésime, maduro, elegante y a la vez pujante y fresco, con densidad y concentración, con una magnífica explosión en nariz de la fruta fresca del Malbec, en la sangre del estilo argentino. Y atrás la estructura del estilo francés, esa sutil elegancia. Un caballo de raza de color intenso, ciertos aromas florales característicos de los mejores Malbec, junto la maduración exacta del Cabernet Sauvignon. Taninos de seda, elegancia y frescura, un toque de Merlot. Cést tout. El placer absoluto.

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