Separamos en filetes la carne del congrio : corte hacia la cabeza ; y más cortes a un lado de la espina central y del lado opuesto del pescado. Separado el filete, le quitamos la piel agujereando un extremo para sostenerlo y separando la carne con un cuchillo bien afilado.
Por cuatro partes de aceto balsámico usamos una de soja a un sartén. Agregamos jengibre en polvo o picado (si es fresco) y ajo picado. Tenemos la opción de transparentarlo o no (que no lleva más de 3 minutos). Luego lo llevamos al fuego. Empezará a hervir. Los azúcares del aceto balsámico crearán en la reducción de los líquidos una densidad. Lo dejamos hacer hasta que llegue a un punto de miel bien ligera.
Cortamos el congrio en finos filetitos y los ponemos en un plato estirado. Agregamos la reducción encima y decoramos con cilantro fresco, brotes y pétalos de flores comestibles. Podemos rallarle sal rosada.