Disuelve la “semilla” de masa madre con el agua tibia y el aceite de oliva.
Mezcla en otro tazón la sal con la harina blanca.
Agrega los ingredientes secos a los húmedos poco a poco, amasando para integrar hasta obtener una masa elástica pero no pegajosa.
Guarda en bolsas resellables untadas con aceite de oliva para que no se pegue la masa.
Deje reposar las bolsas a temperatura ambiente durante 2 horas, lleva al refrigerador entre 12 y 18 horas, puedes dejar hasta 72 horas, pero la masa será más ácida.
Para preparar el pomodoro:
Pica el diente de ajo finamente, corta los jitomates en trocitos pequeños.
Acitrona el ajo picado en una sartén abierta con aceite de oliva a fuego medio durante un minuto.
Agrega los jitomates picados junto con las hojas de albahaca picadas, las hojas de tomillo y las de orégano.
Sazona con sal y pimienta.
Cuece destapado a lumbre baja durante 20 minutos o hasta concentrar bien el jitomate.
Mueve de vez en cuando.
Para extender la masa de pizza:
Remueve la bolsa del refrigerador y deja atemperar 2 horas.
Revuelca la masa en harina y presiona en forma de círculo.
Marca los bordes con los dedos para formar la orilla.
Extiende la masa colocando sobre tus manos haciendo un corazón, estira poco a poco.
Para hornear, coloca masa ya extendida sobre piedra de pizza caliente en horno precalentado a temperatura alta 450° F (230° C) durante 1 a 2 minutos hasta que se vea dorada.
Para preparar la pizza:
Cubre la pizza pre horneada con un cucharón de salsa pomodoro.
Añade queso mozzarella en rebanadas y lleva al horno hasta gratinar el queso.
Sirve espolvoreado con polvo de chiles fermentados a gusto y decora con hojas de albahaca.