El Esteco, La Antigua bodega, referente de Cafayate, presenta Old Vines los primeros vinos Premium del Valle elaborados a partir de uvas procedentes de plantas que llegan a superar los 70 años de vida.
Los vinos, como los hombres tienen su lugar y su historia, son los que marcan esas características que lo convierten en un producto único, diferenciado, nada que ver con los vinos fotocopia, esos que aburrían al gran Miguel Brascó. Y nos aburren a todos.
Old Vines, es la conjunción de un terroir único con plantas que crecieron bajo la mínima intervención del hombre; un equilibrio natural que da como resultado vinos intensos y fluidos, de una calidad extraordinaria.
En la presentación, con platos acordes de Soledad Nardelli en Chila, el enólogo Alejandro Pepa, explicó que se trata de vinificaciones exclusivas de muy baja escala, elaboradas bajo antiguos métodos, utilizando pequeñas vasijas ovoides de cemento. Su exclusividad, no solo se da por la inusual antigüedad de las plantas, sino por la extrema atención con la que se lleva adelante durante la recolección de las uvas y elaboración.
Old Vines invita a vivir un recorrido por la historia, a través de cuatro exponentes: - Old Vines, Cabernet Sauvignon plantado en el año 1947; Old Vines Malbec, 1946; Old Vines Torrontés 1945 y Old Vines CRIOLLA, con plantaciones que datan del año 1958, una cepa que supo ser la más popular del territorio argentino y hoy gracias al entorno, sus cuidados y métodos exclusivos de elaboración se suma a los vinos de alta gama. Acabo de recibir un espumante de otra bodega, Trivento, elaborado con uva criolla y Sebastian Zuccardi también tiene un ejemplar con esta uva, procedente de San Juan, que fuera ninguneada hasta el presente.
En Salta, pero también en otras regiones argentinas, la criolla, astuta se colaba entre los viñedos de uvas finas como sucedió, por ejemplo en Colomé cuando recién conocí bodega y viñedos. Astucias criollas.
Me encantó este vino de Criolla, que recuera en su color brillante, un rubí claro y traslúcido a un Pinot. De esta uva frágil también posee ciertos descriptores, esa terrosidad emocionante. Eso sentí al probarlo en ese momento junto al cabrito con papas y olivas de Chila.
El Torrontes conserva la voluptuosidad del cepaje, pero posee mas elegancia. Menos exuberante, es largo. El Torrontes depara sorpresas. Y tiene un parentesco con la criolla ya que este vino único, no existe en otra parte del mundo es cruza rara de Museta y de Mimí: Moscatel de Alejandría y criolla. Maravilloso con humita, queso de cabra, zapallo y choclo, propuesta por Nardelli.
De los dos tintos, Malbec y Cabernet Sauvignon, preferí en esta ocasión el Cabernet Sauvignon, que en los Valles Calchaquíes alcanza una identidad profunda , única. Se impuso, junto al Malbec ,con el asado madurado al vacio, con ajos y panes andinos.
Fiel a su espíritu emprendedor y encaminado en su inquietud de descubrir el máximo potencial de la región, Alejandro Pepa, agrega: “Al caminar por esos parrales y ver las plantas añosas, de troncos gruesos y marcadas nervaduras, retorcidas por el paso del tiempo, es imposible no remontarse al pasado y pensar en la labor que hicieron nuestros abuelos, hace más de 70 años Es un privilegio descubrir estos tesoros, ponerlos en valor y dejar qué ellos mismos cuenten su historia…”
El resultado, cuatro vinos que rinden culto al saber y al tiempo, sabio testigo de un terroir que vio nacer aquellas plantas dejando su sello.
Precio Sugerido: $435