En Octubre y noviembre despliegan sus virtudes. Es el apogeo del tierno y perfumado corderito, hasta ese momento solo se alimentó de la leche materna. Su carne es magra, tierna y perfumada, según las hierbas con la que se haya alimentado la madre.
En esta parte del sur del mundo se tomó conciencia, hace por lo menos dos décadas, de la calidad de los corderos patagónicos pero también pampeanos o cordobeses. La sutileza de sus sabores en comparación a la históricas ovejas de un sabor desmesurado e intenso.
Estas son algunas ideas para disfrutes estivales de un animalito bíblico.
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1. Navarin
El plato emblemático del mediterráneo francés, cordero guisado con verduras de estación y variedad de hierbas. Le vienen bien habas, zanahorias y nabos. En estas latitudes es el momento de ensayarlo.
2. Seco de cordero
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Plato del norte peruano, corderito guisado con chicha, cilantro y especias. Fogoso, es decir, perfecto para veranos violentos. La cocina picante pertenece a los países cálidos.
3. Shish- kebab
Pequeños cubos de pierna de cordero ensartadas en una brochette y asadas en una parrilla, marinadas en ras el hanout una especia que, lo supe cuando viví en Argelia, significa la cabeza del almacenero. Es decir, como los curries, una mezcla de especias según la inspiración del autor.
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4. Gigot
La pierna del cordero joven, grillada en el horno, con ajo y romero, bien jugosa en su interior.
5. Empanadasde cordero
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Especiadas con comino y pimentón, algo fogosas. Fritas.
Todas estas combinaciones me gustan con algún Syrah rosado, o un vino natural, sin madera y bien frescos.
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