Manjar Ibérico

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Las denominaciones de origen que protegen la elaboración del jamón de cerdo ibérico recomiendan mantener las tradiciones, que incluyen la matanza a mano, el desangrado, la salazón y una curación que consta de tres partes: asentamiento, exudación en secaderos al aire libre y maduración en bodega. Tras veinte meses, aproximadamente, el jamón está listo para el consumo.
En los últimos años, los estudios de nutrición y dietética han demostrado que su consumo es beneficioso para la salud, ya que es rico en proteínas, aporta vitamina B1 y B6 –fundamental para el sistema nervioso–, es bajo en calorías y rico en grasas de naturaleza oleica, que contrarrestan las enfermedades cardiovasculares.
El jamón ibérico debe cortarse a mano, en finas virutas, y consumirse a temperatura templada -entre 23 y 25º-.
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