Los mejores Pinot Noir

Autor Elisabeth Checa
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Así fue en un encuentro reciente con el marques Piero Incisa Della Rocchetta para conocer las últimas cosechas de sus Pinot Noir Chacra 55 y Chacra 32 2008, del Alto valle de Río Negro. Son, sin dudas, los mejores Pinot Noir de Argentina. Otra vez vimos el alma y la pasión de Piero, en estos placenteros encuentros que organiza para comunicar sus vinos argentinos, este miembro de la familia toscana que elabora el Sassicaia, uno de los grandes vinos del mundo. <br /><br />De nuevo con Piero, una gloria por su humor, su onda, su inteligencia y sensibilidad. Como si estuviera de vuelta de muchas cosas. Esta a punto de obtener, en estos días para su Bodega Chacra y sus viñedos, la certificación biodinámica, el tema lo tiene claro. No es un fundamentalista de la biodinámica. Los vinos, comparto su opinión son buenos o no lo son... Los suyos lo son, además de biodinámicos, excelentes. El último encuentro fue hace algunos meses en el Faena de Buenos Aires, cuando presentó su único Merlot. Por suerte pude probarlo, no hay mas, se vendieron raudamente en el mundo. Es que la cantidad es mínima y exporta a 17 países. El vino es uno y el deseo infinito. <br /><br />Como introito a estos grandes vinos nos regodeamos con los tapitas de Dolli, deliciosos bocados multiétnicos: desde causas limeñas hasta rolls thai... Un carpaccio de langostinos con emulsión de tomates, trufa y helado de ajo blanco fue la entrada que se acompañó con champagne de Champagne: Möet Chandon Imperial. También probamos Barda, su vino menos caro, otro absoluto varietal Pinot Noir. Me encanta este vino porque tiene sin lugar a dudas toda la tipicidad del Pinot Noir de la Borgoña: un color algo desvaído, complejos aromas minerales y terráqueos, trufas y hongos. Después legaron los Chacra, cuyo nombre responde un concepto del hinduismo pero tambien a un modo de llamar a los campos agrícolas (y ganaderos) en las zonas patagónicas. Bien por la ambigüedad. El toscano estaba acompañado por primera vez en sus presentaciones por su socio americano, un cálido grandote de Aspen, apasionado por el mundo del vino. La razón de al sociedad fue poco complicada, se encontraron en un restaurante de Aspen cuando el amigo americano estaba tomando una botella del magnifico vinos creado por el abuelo de Piero, el Sassicia. Palabra va palabra viene, Piero le contó su deslumbramiento por la Patagonia y no tuvo que hacer ningún esfuerzo para convencerlo de unirse al proyecto. <br /><br />Los nombres de los dos Pinot Noir, Chacra 55 y Chacra 32, remiten la edad de los viñedos descubiertos por el toscano en el Ato Valle. En varias catas ciegas con Pinot Noir de la Borgoña, cuenta, ganaron a muerte, especialmente el 32, de los viñedos más viejos. No es para menos, tienen una personalidad avasalladora, frescura, potencia y complejidad al mismo tiempo. Absolutamente New World. Cuando se prueban cuesta volver a los vinos clásicos, los de Borgoña de toda la vida, un camino sin retorno. Eso si, estos dos Pinot Noir malbequean algo, tienen el color intenso, la fruta arrolladora, la sensualidad que suelen tener los buenos vinos argentinos. Bien, ya lo sostenía el gran Raúl de la Mota quien asesoró a la bodega Humberto Canale: el Pinot Noir de la Patagonia no tiene por qué parecerse al de la Borgoña como la negra Sosa no tiene porque parearse a Edith Piaf, Dios las tenga en la gloria. <br />Creo que son vinos que cambiarán tanto con la guarda, como cambiaron en algunos minutos en la copa. <br /><br />Los vinos crecen con los platos, por supuesto. La elegancia del Chacrac55 2008 no tapó la sutileza de una ensalada de vegetales asados, hojas verdes y pastrami de pato con polvo de frambuesa, un concerto armónico. Con el Chacra 32 se sirvió otra iluminación Dolli: Panceta braseada en cocción lenta con capeletti de maíz y piñones. Un encuentro feliz entre amigos junto a botellas de inteligente vino, como le gustaba a Neruda. <br /></p>

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