Hay muchas formas de viajar, una de ellas con el paladar

Viajar es una experiencia enriquecedora en todos los sentidos, no importa si viajas a 12,000km de tu lugar de origen o a un pueblo cercano. El hacerlo te llena de vida.

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Si además el viaje incluye turismo culinario, si tu paladar es el protagonista del viaje, entonces formarás recuerdos de esos que no vas a olvidar nunca. De esos que cuando vuelvas a encontrarte con ése sabor, evocarás las memorias. Ésos recuerdos, son de por vida, ésas memorias son intocables.

A través del paladar también se viaja, los sabores, aromas, olores y texturas nos traen recuerdos. Con ellos, podemos viajar, por ejemplo, a nuestra infancia, cuando cocinábamos con mamá un pastel o cuando en Navidad se reunían a cocinar tu abuela con otras mujeres de la casa y los olores específicos de esa época del año inundaban el ambiente. Las imágenes de las ollas enormes sobre la estufa, horas y horas de espera antes de que estuviera lista la cena para conquistar tu aún entonces inexperto paladar, formaron esas memorias que si hoy tienes la suerte de degustar de nuevo, entonces viajas, con todos tus sentidos al pasado.

Sí, viajar es más simple de lo que pensamos, solo respira, cierra los ojos y evoca el sabor de ése postre que comiste en un viaje especial, en aquél rincón del mundo de la mano de ésa persona. ¿Sientes el sabor en el paladar?

Cierra los ojos, saborea y viaja mientras piensas: Me Voy a Comer el Mundo.