Fondue, la suiza más atractiva

Autor El Gourmet
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La fondue surgió como una comida económica, de la mano de los trabajadores de las altas cumbres que fundían trozos de queso viejo para hacerle frente a los fríos de esa zona del país. Hoy, después de casi dos siglos, es tan popular como los spaghettis italianos, los macarrons franceses o las costillitas de cerdo con barbacoa americanas.

¿Cómo se elabora? La versión tradicional consiste en fundir los quesos Gruyere y Vacherin Fribourgeois en una cazuela.  Pero con el tiempo se fue mejorando esa versión bien simple y cada zona adapta o sustituye los quesos de acuerdo a la disponibilidad del mercado local. Lo importante es que siempre sean sustituidos por quesos de texturas similares.  

¿Qué se necesita para hacer una buena fondue? Comenzaremos por conseguir una cazuela de fondue con un mechero o quemador para el fundido.
Luego, frotaremos toda la cazuela con un ajo cortado a la mitad. A continuación, podremos agregar los ingredientes.

Añadimos el vino blanco (400 cc), jugo de limón (1 cucharada) y los quesos Gruyere (400 gr) y Fontina (400 gr) rallados.

¡Atención a los próximos datos, no son nada complicados pero sí fundamentales para que te salga bien!

Llevamos la cazuela a fuego mínimo y mantenemos siempre en la misma temperatura y revolvemos sin interrumpir hasta que el queso se funda bien.  
Luego, disolvemos el almidón de maíz (20 gr) en vino blanco (60 cc) y se lo añadimos a la preparación que ya está en la cazuela. Dejamos espesar durante unos minutos y condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada.

¿Con qué acompañamos la fondue?

Los ingredientes siempre son a gusto del consumidor. Sin embargo, hay dos que no pueden faltar: pan y carne en cubitos. El resto queda a elección de los comensales (papas, carnes varias, verduras, salchichas, etc).

¿Qué te ha parecido esta receta? ¿La prepararías?
 
 

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