Hace pocos días tuvo lugar en Casa Nieto Senetiner, en Buenos Aires, la presentación “Dos años de Wine in Moderation en Argentina, balance y futuro”.Obedecemos a Aristóteles: todo en su medida y armoniosamente.
Conscientes de que todo abuso es negativo, los principales países productores de vino del viejo mundo europeo iniciaron años atrás un exitoso programa de difusión de consumo responsable llamado Wine in Moderation, buscando fomentar hábitos sociales y culturales que prevengan y reduzcan los daños provocados por el consumo excesivo de alcohol. Argentina forma parte del programa desde el año 2013.
Bodegas de Argentina, a través de sus bodegas asociadas, preocupadas por esta realidad, se adhirió en aquel año al programa europeo, convirtiendo a la Argentina en el primer país fuera de la Unión Europea en adoptarlo. Una comisión, representada por distintas bodegas, trabaja en múltiples acciones para difundir el programa en todo el país.
El principal motivo del último encuentro fue compartir con la prensa, profesionales de la salud, autoridades y bodegas y empresas miembro, cuáles fueron las principales acciones realizadas en estos primeros dos años de la implantación local del programa europeo Wine in Moderation, de consumo responsable de vino, así como también contarles cuáles son las próximas actividades en agenda, para seguir construyendo y potenciando al vino como una experiencia gastronómica, cultural y social.
De esta forma se materializa el objetivo central del programa: promover la responsabilidad y moderación en el consumo de alcohol, como una de las estrategias fundamentales de protección y autorregulación de la industria vitivinícola.
Uno de los objetivos de esta campaña de concientización de la industria vitivinícola se enmarca en lograr que el vino comience a consumirse en forma diaria como un estilo de vida y enseñar al consumidor las implicancias negativas del consumo excesivo y concentrado en el fin de semana, entre otras recomendaciones.
Olvidar para siempre el mandato tanguero:” Eche mozo, eche no más y llene hasta el borde la copa de champán…” No se trata de ahogar hondas penas del alma en alcohol. Otra cosa. Eso ya fue y hace mal. No tomes para olvidar, olvida para beber con un disfrute consciente, medido y placentero.
Para ello, a través de sus acciones, se logra informar acerca de los hábitos del consumo moderado y responsable, cómo la forma más inteligente, sustentable y placentera de disfrutar del vino, fomentando el conocimiento del producto que se está consumiendo, como ser su origen, las variedades que lo componen y sus acuerdos con las cocinas regionales. La información aumenta el goce y, al mismo tiempo, le pone límites a la desmesura.
Se trata de comunicar que el vino sea percibido como una bebida moderna, arraigada a la cultura argentina y que en un sano consumo acompañado de actividad física y una dieta alimentaria sana puede ser muy saludable. No olvidar jamás esa máxima gourmet: el vino es para comer.
Este programa es parte también de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE): actúa en forma de sello de calidad y refuerza la intensión de cada bodega en comunicar responsablemente la forma de consumir vino hacia la industria y hacia sus propios empleados.
Y en cuanto al ámbito de la salud, se puede decir que a través de la base científica Wine Information Council que WIM desarrolla año a año, se destacan abundantes pruebas científicas donde el vino es considerado parte de la dieta mediterránea y gracias a los polifenoles y al resveratrol ayuda a reducir el estrés oxidativo. No olvidar a Pasteur: “El vino es la más civilizada de todas las bebidas”