El ristorante ubicado frente al verde infinito de la Plaza San Martín, en el barrio de Retiro, continúa con la propuesta de cocina italiana con especialidad en las pastas y los risotti.
Felizmente abrió hace dos años, en una zona despojada de propuestas gourmet. Con la excepción de las pizzas de Filo, la moderna cocina argentina de Basa o las tradiciones del Grill del Plaza.
Estuve almorzando allí la semana pasada, con el sommelier Mariano Ackman, dueño y anfitrión del lugar , ex propietario de Doppio Zero, un mínimo lugar en Belgrano que visité una vez y donde me fascinaron sus italianismos. Me presentó a su nuevo chef. Gaspar Natiello, quien trabajara en Sarasa Negro, el famoso resto gourmet marplatense, a cargo de la nueva carta del ristorante. Me entero que, durante el año tendrá novedades: pastas frescas para llevar y servicio para eventos, cocinando a domicilio.
Ese mediodía probé boquerones únicos en Buenos Aires, diferentes, para nada saturados de vinagre, tenían algo levemente dulce que me recordó a los sill de Escandinavia: también deliciosas croquetas de conejo, chorizo del mismo tierno animalito, curiosos ravioli de cerdo y langostinos, y un maravilloso risotto con azafrán y todas las frutas secas. Rico por sus contrastes entre cremosidad y crocantez. Nos acompañó un Pinot Noir de Rio Negro, Zorro y Arena, seguramente elaborado por Marcelo Miras, el genial enólogo mendocino a quien bauticé el Rey de la Patagonia.
Plaza San Martin, cerca del Kavanagh y del Plaza Hotel, es uno de mis lugares en el mundo. Allí viví, allí volveré a visitar Chiuso (quiere decir cerrado en italiano), que por suerte abrió hace dos años y acabo de conocer. Debo probar los orechiette con Ragú de Cordero, ricota cítrica y Rúcula. Y si el día es frío, un ossobuco alle milanese.
Así como encontré a Zorro y Arena, quien vaya a Chiuso puede descubrir curiosos vinos de autor. Su carta de vinos no es para nada más de lo mismo Importante, muy buen servicio y precios amables.