Ballenas a la vista

Este fin de semana se realizó el festival gastronómico Madryn al Plato por noveno año, con clases magistrales de cocina, la participación de  chefs conocidos de la pantalla de elgourmet, y  un almuerzo solidario con 46 corderos y 600 kilos de mariscos.

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Este fin de semana se realizó el festival gastronómico Madryn al Plato por noveno año, con clases magistrales de cocina, la participación de chefs conocidos de la pantalla de elgourmet, y un almuerzo solidario con 46 corderos y 600 kilos de mariscos.


El evento fue organizado por la Secretaría de Turismo y Deportes de Puerto Madryn y contó con el apoyo del Ente Mixto de Promoción Turística de la ciudad, el cocinero Gustavo Rapretti y AHRCOBA. Con entrada libre y gratuita, las clases magistrales fueron dictadas por duplas de cocineros invitados y patagónicos. El sábado subieron al escenario Damián Cicero (El Casal), Exequiel Gallardo (Treintasillas) y Gustavo Lena (Bella Italia) para mostrar tres preparaciones de "Cocina de mar”, con productos patagónicos de protagonistas; luego fue el turno de Pedro Lambertini y Joaquín Grimaldi (Four Seasons Hotel), que ofrecieron una clase sobre “Repostería Chubutense”; por último, y para cerrar la jornada, cocinaron Dolli Irigoyen y Gabriel Oggero (Crizia). No fueron clases magistrales, fueron divertidísimas performances. Las delicias se sortearon entre los asistentes, buena onda y mucho humor.

Junto a ellos, cocinaron algunos integrantes del grupo Chúcaro (Chubut Cocina de Origen) y chefs del corredor Patagonia Fantástica, que conecta Puerto Madryn con El Calafate y Ushuaia. Algunos de los cocineros que se sumaron a las clases y colaboraron en el almuerzo solidario son: Sebastián Fredes (Esquel), Paula Chiaradia (Trevelin), Federico Fontán (Llao Llao Hotel, Bariloche), Ricardo Belfiorie (La Pampa), Pablo Soto (Comodoro Rivadavia), Mauricio Couly y Pablo Buzzo (Neuquén).

El domingo, antes de que saliera el sol, los chefs que participaron de esta novena edición del festival ya estaban en la rambla haciendo fuego y preparando todo para cocinar 46 corderos, 300 kilos de langostinos y 300 kilos entre navajas y almejas. Promediando el mediodía empezaron a llegar los vecinos de Puerto Madryn y de localidades cercanas para buscar sus porciones de cordero y cazuelas de mariscos, y así colaborar con la causa de este Madryn al Plato Solidario: todo lo recaudado fue donado para comprar un respirador artificial para la Sala de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital “Andrés Isola” de la ciudad. También estuvieron presentes, y transmitieron en vivo para todo el país, Ximena Sáenz y Juan Braceli, del programa Cocineros Argentinos de la TV Pública. El grupo musical Los Chefferson, con sus delirantes recetas cantadas, fueron las estrellas musicales de la fiesta.

En el marco del festival también se realizó una gran Feria de Productores y Diseño en la Escuela 84, en la esquina de las calles Mitre y Sarmiento. Allí había stands en donde se vendían quesos de cabra y saborizados, vinos, licores y cervezas artesanales, conservas y ahumados caseros, aceites, tortas galesas y otras ricas propuestas patagónicas.

Los más intensos disfrutes gourmet: la comida de inauguración en el restaurante Mis Fuegos, del inquieto Rapretti, alma mater de la movida, donde se sirvieron almejas de la zona, cordero y los fabulosos quesos que Mauricio Couly elabora en Neuquén, todos los platos del almuerzo solidario-corderos, navajas, langostinos-, y antes de partir un almuerzo en Panaceas, el restaurante donde cocina Juan Martín, sus impecables panes, sus guisos y sus, quiches.

Muy cerca de Madryn visitamos nuevamente El Doradillo, de aguas muy profundas donde las ballenas y sus crías se aproximan casi hasta la orilla. Ese es el escenario, desde la playa silenciosa se contemplan a estos bondadosos monstruos marinos. Para una aproximación mas intensa hay que embarcarse en Puerto Pirámides. En esta ocasión, el mar hervía de ballenas.

En un viaje anterior, cuando descubrí este magnífico, extraño sur, conocí un lugar único; el Ecocentro, más que un museo; un sitio de encuentro y reflexión que promueve una actitud más armónica con el océano. Ese mar que miro desde la terraza del Ecocentro no se parece e a nada. Inmenso. Devorador. Calmo y gélido. En una de las salas hay una enorme escultura de Clorindo Testa, hecha de restos, esas latas que se encuentran en ese mar y lo hieren.

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