Para el chutney, cortamos la cebolla, el tomate y el zapallo en cubos. Llevamos todos los ingredientes a una cacerola y cocinamos por aproximadamente 45 minutos. Revolvemos de vez en cuando, sobre todo al final cuando comienza a caramelizarse. Agregamos más vinagre si fuera necesario.
Condimentamos las provoletas con orégano y ají molido.
Luego, cortamos los duraznos en rodajas con piel y los caramelizamos en una sartén con manteca, azúcar y una ramita de romero.
Cortamos las uvas el medio y le quitamos las pepitas. Realizamos una reducción de oporto y azúcar.
Llevamos las provoletas al horno en un recipiente de hierro y a mitad de cocción les agregamos los duraznos caramelizados a una y las uvas y la reducción a otra. Dejamos la tercer provoleta libre.
Una vez que estén bien doradas y gratinadas, las llevamos a la mesa junto al chutney para combinar con la provoleta restante.