Para comenzar, preparamos la masa. Para ello, en un bol, colocamos la leche, la levadura fresca y 4 cucharadas de harina. Mezclamos hasta que forme una espuma.
Por otro lado, en un bol de batidora (utilizando el brazo amasador) colocamos 500 g de harina, 30 gramos de leche en polvo y 100 g de azúcar. Perfumamos con 1 cucharada de miel, ralladura de 1 limón y 1 cucharada de esencia de vainilla.
Integramos la espuma y 2 huevos.
Trabajamos la masa y añadimos la manteca blanda. Luego, formamos un bollo y sobamos sobre la mesada durante 10 minutos. Dejamos reposar hasta que se duplique el volumen.
Luego, cortamos porciones de 35 gramos, hacemos bollitos, dejamos reposar y llevamos a una placa.
Pincelamos con doradura (mezcla de huevo batido y agua) y colocamos en el horno a 180°C durante 7 minutos.
Mientras tanto, preparamos la crema pastelera. Para ello, calentamos la leche con la mitad del azúcar. Luego, mezclamos el resto del azúcar con la harina, el almidón y los huevos. Unimos la leche y volvemos a llevar al fuego hasta que espese. Cocinamos durante 1 minuto y pasamos a un bol.
Cubrimos con un film en contacto y dejamos enfriar. Perfumamos con esencia de vainilla o limón.
Retiramos los pancitos del horno, hacemos una corona con manga con crema pastelera y volvemos a cocinar durante 8 minutos más.
Dejamos enfriar y servimos.
Para hacer los miguelitos, con los mismos bollos de los pancitos de leche reposados le damos forma ovalada con ambas manos, llevamos a una placa y esperamos a que se duplique su volumen.
Llevamos al horno durante 15 minutos a 180°C.
Una vez templados, con una tijera, le hacemos una incisión y rellenamos con dulce de leche.