- Fundir el chocolate en un bol a baño maría.
- En otro bol grande, revolver con ayuda de una espátula el queso crema y la miel para que afloje un poco la textura.
- En un tercer bol mediano, batir la crema a medio punto o punto letra.
- Integrar el chocolate fundido a la mezcla de queso crema y luego la nata en dos partes para que incorpore aire a la preparación.
- Emplatar en un vaso, terminando el postre con aceite de oliva, sal en escamas, hojitas de romero fresco y las garrapiñadas picadas.