Para empezar, mezclamos 1, 2 kilos de harina, un puñado de semillas de sésamo y 15 gramos de sal. Hacemos un hueco en el centro y añadimos 7 gramos de levadura, 1 cucharadita de azúcar y ¼ de taza de aceite de oliva. Dejamos fermentar unos minutos, añadimos agua en cantidad necesaria y amasamos con la mano. Una vez que se haya formado el bollo, lo llevamos a la mesada y amasamos hasta obtener una masa de textura lisa. Reservamos.
Mezclamos agua y harina hasta formar un engrudo liviano y uniforme. Reservamos.
Cortamos la masa en porciones, formamos anillos del grosor deseado, disponemos en una placa con un poco de aceite de oliva y pincelamos con el engrudo. Espolvoreamos con semillas de sésamo.
Llevamos al horno a 180 grados durante 20 a 25 minutos.