Praga, maravillosa ciudad barroca

Autor Elisabeth Checa
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Aunque tuvo grandes influencias arquitectónicas italianas,  desarrolló  un estilo propio. Es una ciudad magnética que atrae a turistas sensibles.


En sus calles se descubren  algunos antiguos cafés y brasseries medioevales con un encanto especial. Recordamos a Kafka y a Kundera y  también al genial  escritor cubano Alejo Carpentier y sus descripciones de inquietantes sitios de esta ciudad mágica.

La bebida nacional por excelencia es la cerveza, como la internacionalmente conocida Pilsen - es un estilo no una marca - que en Checoslovaquia se bebe desde 1295.

Hay brasseries como U Fleque (1459) donde se puede beber una excelente cerveza rubia de trece grados y producción propia y otra como Aux Oursons, en la ciudad vieja, donde se toma la cerveza Budvar.

La cocina tiene mucha influencia bávara y las papas, en sus diferentes preparaciones, son estrellas tanto como las salchichas, el cerdo y las carnes de caza.  

También el vino juega un lugar preponderante en el gusto de los habitantes de Praga, como el vino de Zernoseky, uno de los mejores del país, o el que se produce en la región de Znojmo conocido como "vino de los reyes de Bohemia".


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