Omnipresentes en la cocina, este milagro que América regaló al mundo, tiene muchas caras para utilizarla en el menú familiar.
Como
guarnición,
entrada, o
plato principal, las
papas en sus variedades infinitas acompañan los disfrutes gourmet de grandes y chicos.
La
ensalada de papas es un recurso a la hora de acompañar las
carnes grilladas, los
pollos horneados o
pescados fritos.
Para condimentarla, y eso me lo enseño un gourmet belga, es necesario verter
vinagre de buena calidad sobre las mismas calientes, que lo absorben de una manera sutil.
En Francia las sirven con
estragón y
manteca, nada más.
En el norte de Europa, se hace ensaladas de papas mezcladas con
arenques ahumados y la ensalada
kartopfell salat es la necesaria compañía de las
salchichas alemandas. En suiza son populares las tortillitas de papa cruda rallada, doradas en la sartén. Deliciosas con un huevo frito.
Huevo duro,
cebolla y
perejil son sus acompañantes en el ámbito rioplatense.
En Perú son protagonistas de las deliciosas
papas a la huancaína, que deben elaborarse con una papa especial, la amarilla. La
causa es otra entrada con puré de papas amasado, es decir trabajado con las manos, con limón y ají amarillo que cubre un relleno de
atún o
pollo. En la India se hacen las
samosas, empanaditas fritas rellenas con papas muy especiadas.
Por último el puré, tan sencillo pero que consagró en algún momento de la historia al gran
Alain Ducasse como el mejor cocinero del mundo. Lo probé en Paris, inolvidable.
Aprende a realizar recetas como estas con Menú para todos los días.