Por amor al MoMa

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De italiano no tiene nada, su padre es danés, su madre porteña, pero confiesa inspirarse las diferentes regiones y en los buenos restaurantes de Italia, sin ortodoxias. Lo suyo es cocina de autor, pero un autor que respeta ciertas tradciones básicas, sin fusiones raras.
La comida es muy rica, una sorpresa grata. Hace muchos años que paso una vez por semana por la puerta del lugar, jamás había entrado.
Ahora estuve en dos oportunidades, una noche en una cena para periodistas de gastronomía hace unos días y más recientemente, un mediodía tranquilo y calmo, con el ristorante casi vacío. El mismo Hansen nos atendió con calidez y seriedad, como mozo de antes.
Esa casona antigua debe haber sido en algún momento esa típicas casa chorizo de Buenos Aires, más en onda burguesa. Sus salones amplios, con paredes de ladrillo, los objetos, la iluminación tanto diurna como nocturna, lo convierten en un lugar para comer en paz tanto a la hora del almuerzo como a la noche.
Con el buen tiempo habilitará una pequeña terraza que balconea sobre la calle Agüero. Lugar mágico para la copa de rubio champán, así lo hicimos el día de la comida de prensa.
Lo suyo son las pastas amasadas in situ o secas, y los risotti. Probé el de Zucchini, buenísimo plato para un mediodía frío, Otros platos: Pizza de zucchini con polpetines de lomo y panceta ahumada, Sopa crema de papa y mejillones, Involtini de zucchini, melanzane, mozzarella y parmigiano; Saltimbocca di pollo allá romana con mix de verdes, almendras, nueces y semillas de amapola; Matambrito de cerdo alla miel de romero con puré de batatas y tomillo; Risotto al tartufo negro con trufas que trajo especialmente de la Toscana, Risotto verde de habas, zucchini y espinacas al brandy; Penne rigati con verduritas, corazones de alcauciles, pollo y albahaca; y Tortelloni di provola e melanzane.
Cuenta con una buena carta de vinos a precios sensatos. Hay que ir a lo de Hansen, lugar mítico nombrado en tangos antiguos. Afuera no bulle NY y su vértigo, simplemente por los ventanales de la vieja casa se espia la calma de una callecita de Buenos Aires. Agüero 2157.Reservas al 4808-0021.
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