Somos de carne y de pasta

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Comer carne era cosa de criollo, esencia gauchesca. Verduras, guisos, hasta el puchero era cosa de gringos.


Hay estudios que afirman que las pastas, el pan y aceite de oliva - básicos en la dieta de los italianos - comienza a difundirse entre la población nativa en el siglo XIX . En poco tiempo las pastas se convierten en un plato usual, al menos dos veces por semana.

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Ciertos platos como el estofado, con abundante salsa de tomates y un gran pedazo de carne junto a las pastas, son una incorporación que hicieron los inmigrantes a la cocina argentina. En Italia no se consume así, a lo sumo un ragout (guisito, como la salsa bolognesa).

El consumo desmedido de la carne vacuna fue visto como una causa de rejuvenecimiento de los ancianos y el desarrollo rápido e los jóvenes.

Entre los años 20 y 40 ya habían aparecido las cantinas italianas, no sólo en la Boca sino también en los cien barrios porteños.

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Desde la pantalla de El Gourmet el programa Guardianes de la Tradición nos cuenta sobre las aventuras del comer, una manifestación de identidad.


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