Encontré el libro en mi biblioteca. No es novedad absoluta, se publicó hace un par de años, pero disfruté con su relectura. Nada que ver con una obra teórica-panfletaria, tampoco un compendio de recetas, aunque se recuperen algunas muy interesantes como la del pan y su itinerario histórico. <br /><br />Son ficciones, breves ensayos, poemas como La Vida no es sueño, sobre un tema espinoso, algunas fórmulas culinarias apócrifas, y todo lo que emerge de la imaginación, el desenfado y él desprejuicio de las autoras que decidieron editar este libro una noche después de varias copas de champagne. <br /><br />Imperdible. Para reírse a carcajadas, para asombrarse con las sutilezas y la ironía del humor inteligente, o para estremecerse ante algunos cuentos del humor más negro, donde los venenos, tradición femenina, condimentan el plato justo en el momento adecuado. <br /><br />La cocina para ellas, como para todo el mundo cada vez más, de cualquier sexo (hay infinitos) es el ámbito del placer y del goce, eso es lo que se asegura en la obra. Pero si no tiene ganas ni entre, no se sacrifique, recomiendan. <br /><br />Cada una de las autoras escribió varios textos con seudónimos y las ilustraciones son de Roberto Fontanarrosa, ese genio. <br /><br />Las autoras recomiendan degustarlo con placer, cocinar algo sabroso e irse a dormir o hacer la siesta, preferiblemente con alguien que haya descorchado el vino y que sea capaz de festejar con risas las pequeñas torpezas cotidianas. <br /><br />