En un molde individual coloque los bastones de queso frito en forma de cruz, rellene con la mezcla de ricota y cubra con el queso frito. Reserve caliente.
En un procesador coloque el maíz dulce y la yema de huevo. Procese sin dejar que quede demasiado fino. Agregue la crema de leche, el polvo de hornear y el azúcar.
Bata las claras a nieve con el cremór tártaro.
Incorpore a la mezcla de maíz con movimientos envolventes.
Coloque la mezcla en moldes individuales antiadherentes, tape con papel aluminio.
Cocine a baño María en el horno precalentado a 150° por una hora aproximadamente.
Retire del horno y deje reposar unos diez minutos. Desmolde y reserve tibio.
En una sartén con manteca saltee el puerro, desglase con vino blanco, deje evaporar el alcohol y agregue el laurel, el tomillo, cilantro, azúcar, sal y pimienta.
En una licuadora coloque el ají rocoto, el ají dulce, el pimiento rojo, el cilantro, el azúcar, sal y aceite vegetal. Procese hasta lograr una crema lisa.
Dibuje la base de un plato con la crema de ají dulce, coloque la mousse de maíz, el puré de puerro, y el timbal de queso frito. Espolvoree con perejil picado.