Para comenzar, en una batidora, introducimos las frutillas junto a la ricotta, el azúcar y la ralladura de limón. Luego, agregamos también una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva.
Trituramos hasta conseguir una textura cremosa.
Una vez que la mezcla esté lista, la disponemos en moldes y dejamos enfriar toda la noche.
Después, enfriamos en el freezer durante 3 horas.
Para terminar, decoramos con menta fresca. Servimos