Un recorrido por las salsas del mundo

Si hay algo que mis aventuras por el mundo me han dejado, son los sabores de cada lugar. Es increíble como una misma carne, una misma pasta o un mismo postre pueden ser tan distintos de acuerdo al país donde se sirvan. Eso se debe no sólo al modo de cocción sino también a las salsas y aderezos que se les agregan a la hora de elaborarlos.

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Si hay algo que mis aventuras por el mundo me han dejado, son los sabores de cada lugar. Es increíble como una misma carne, una misma pasta o un mismo postre pueden ser tan distintos de acuerdo al país donde se sirvan. Eso se debe no sólo al modo de cocción sino también a las salsas y aderezos que se les agregan a la hora de elaborarlos.


Algunas de las que he probado, las he disfrutado tanto que sin dudarlo me traído la receta conmigo y hoy forman parte de mis platos. Aquí te cuento cuáles son, cómo se preparan y con qué las puedes combinar para aprovecharlas al máximo.

Salsa de chocolate: la más elaborada es la ganache que se utiliza para coberturas, rellenos, mousses, baños de frutas, etc. Es bien fácil de hacer. Se troza el chocolate y se reserva. Mientras tanto, se calienta la crema de leche y una vez que está lista se añade al chocolate. También se puede añadir un trocito de mantequilla para darle brillo.
Receta aquí.

Salsa barbacoa: surgió para darle sabor a las carnes asadas (vaca, cerdo y pollo) aunque hoy también se la consume como dip en algunas frituras, tacos o tapeos. Su origen es un poco incierto pero lo real es que surgió en Estados Unidos y allí mismo fue donde empezó a comercializarse. La receta más común es la que lleva puré de tomate, jarabe de maíz, melaza y vinagre aunque varía de acuerdo a las regiones.
Aquí nuestra versión.

Salsa agridulce: se asocia a la gastronomía china ya que allí se remontan sus orígenes. Si bien en cada lugar pueden variar los ingredientes, la salsa agridulce se elabora mezclando miel o azúcar, vinagre de arroz, salsa de soja y especias (jengibre y clavo).
Receta aquí.

Salsa bechamel o salsa blanca: tiene su origen en Francia y su elaboración es muy simple. Sus ingredientes básicos son harina, leche y mantequilla. A estos se le añaden condimentos de acuerdo al gusto de quien lo prepara. La elaboración más común tiene además nuez moscada, sal y pimienta. Bien simple. Esta salsa se utiliza gratinar platos o para acompañar pastas, verduras o en la elaboración de croquetas.
Receta aquí.

Salsa pico de gallo: es una salsa típica de México, realizada con ingredientes frescos y es muy versátil. Se la puede utilizar para acompañar carnes, tortillas y ensaladas entre otras comidas. Está realizada con una base de tomate fresco, cebolla, chile, jugo de limón, cilantro y sal a la que se le pueden añadir más ingredientes.
Receta aquí.

Salsa bearnesa: es una salsa que se sirve caliente, es bien francesa y se emulsiona a base de manteca y yema de huevo. Tradicionalmente se la realiza para acompañar pescados y verduras.
Receta aquí.

Salsa tártara: se elabora a partir de una mayonesa a la que se le van añadiendo distintos ingredientes. Se utiliza para acompañar carnes, especialmente, platos con pescado o pollo. Si bien existen variantes de la receta original, la base además de mayonesa lleva alcaparras, pepino, cebolla, mostaza y perejil.
Receta aquí.

Salsa bolognesa: se elabora para acompañar pastas y polenta. Esta receta italiana tiene como base tomates, carne picada y especias. Uno de los platos más comunes con esta salsa es el “spaghetti alla bolognesa”.
Receta aquí.

Salsa chimichurri: es una receta típica de Argentina y Uruguay. Se la utiliza para realzar el sabor de la carne asada y se prepara triturando perejil, ajo y ají. Luego se le añade sal y se emulsiona todo con aceite y vinagre. Se deja reposar durante al menos un día para que todos los sabores queden bien concentrados y ya está lista para consumir.
Receta aquí.

Salsa criolla: es típica de Perú. Se prepara cortando cebolla morada en pluma y un ají amarillo. Luego, se dejan las cebollas en remojo en agua con sal durante 10 minutos. Se enjuagan y se mezcla con el ají, cilantro, jugo de limón y vinagre. Para terminar, se le agrega sal y pimienta a gusto. Como todas las salsas, la criolla también tiene sus variaciones.
Receta aquí.

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