De Patagonia, una bebida ancestral

El Alto Valle de Río Negro y Neuquén se enorgullecen por una historia casi desconocida; pocos saben que antes de la conquista ya se hacía sidra en la cordillera patagónica. Un entramado de pueblos originarios, de jesuitas y de tradición, que impulsa el futuro de la sidra y de Los Caminos de la Sidra Patagónica.

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El Alto Valle de Río Negro y Neuquén se enorgullecen por una historia casi desconocida; pocos saben que antes de la conquista ya se hacía sidra en la cordillera patagónica. Un entramado de pueblos originarios, de jesuitas y de tradición, que impulsa el futuro de la sidra y de Los Caminos de la Sidra Patagónica.


Probé, con asombro en la última Feria de Vinos de autor, sidras notables. Entre ellas, por primera vez en la vida, una sidra de peras, la famosa poirée francesa. Claro, elaborada con las mejores peras del mundo, las Williams. Y de manzanas en tres versiones.
En América el pueblo Pehuenche o Manzanero fue el primer productor y consumidor de sidra, habitaban el País de los Manzanos, en la cordillera patagónica, entre el norte de Neuquén y San Carlos de Bariloche; Sayhueque fue su más poderoso y conocido cacique.
Los manzaneros hacían chicha, que no es otra cosa que la sidra natural, sin gasificar ni endulzar, como la que beben asturianos y vascos. En un reciente viaje al País Vasco puede comprobar las virtudes de estas sidras de manzana sin burbujas, que acompaña todo un menú en las sidrerías, que funcionan en antiguos caseríos: tortilla de bacalao, enorme chuleta asada y queso y dulce.
Vuelvo a la Patagonia: en el siglo XVI se hacía la sidra al pie del árbol, gracias a que el jesuita Nicolás Mascardi plantó las manzanas que luego se convirtieron en silvestres en nuestra cordillera.
Esta sidra era tan buena que el inglés George Musters, en 1869, cuando visitó la zona en su famosa travesía por la Patagonia, llegó a decir ".y hacen una sidra de fuerza extraordinaria."
En la Patagonia se elabora sidra desde siempre. Este antecedente motivó, con todo el esfuerzo que significa, elaborar esta sidra Pülku en la chacra, ahí mismo donde se producen las manzanas. Pülku en la lengua mapudungun de los mapuches, significa "chicha" y es un homenaje al pueblo nativo que hizo la primera sidra de América.
Pülku nació en Villa Regina, en el Alto Valle de Río Negro, abriendo un camino gourmet a la sidra, y especialmente, una senda para valorizar, genuinamente, la identidad del territorio patagónico y el trabajo de los productores. Se utilizan productos naturales y se cuida obsesivamente la materia prima.
Es la única sidra argentina que se elabora en la Patagonia en la misma chacra donde se producen las manzanas que le dan origen. Se abre un camino para que más productores hagan lo mismo y nadie más se confunda, la tierra de la sidra es el Alto Valle, por allí pasan Los Caminos de la Sidra (de manzana o de pera)
Pülku, se embotella al pie del árbol, una consigna que habla de calidad y, también de identidad son Villa Regina, el Alto Valle de Río Negro, auténticamente patagónicas. Un consejo, la sidra seca va maravillosamente bien con sushi y otros bocados japo. La de pera, deliciosa para la sed del verano y tanto ésta como la de manzana, perfectas para acompañar ciertas gastronomías como los tradicionales crêpes, dulces o salados, Como en la Bretaña o en Normandía.

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