La compañía vitivinícola Ernesto Catena Vineyards, encargada de la comercialización de la bodega italiana Masi, realizó una cata muy especial con una selección de vinos a cargo de la experta americana Colleen Noel Clayton. Allí descubrimos cómo el appasimento y la doble fermentación se afincaron en suelo mendocino.
Estas reuniones si algo tienen es antisolemnidad. Se realizan en la galería de arte de Ernesto Catena y socio, en el primer piso de una casona antigua en Palermo Soho. En esta ocasión , un frio mediodía soleado en terraza barrial, hubo choripanes y bifecitos de cuadril en sándwich, sazonados con ají amarillo, salsa al estilo peruano, preparado por el propio Pablo Naumann, vicepresidente de Ernesto Catena Vineyards, un cocinero apasionado en sus ratos libres.
Esta vez probamos los vinos de Masi de alta calidad, anclados en los valores de tierras venecianas, con uvas y métodos locales. También la empresa italiana se encuentra en permanente actualización tecnológica, difundiendo por el mundo la calidad única de sus vinos.
La historia comenzó en los viñedos de Verona, en la región de Véneto, donde el nombre de “Masi” procede del pequeño valle, “Vaio dei Masi”, que a finales del siglo XVIII la familia Boscaini adquirió, y que hoy en día sigue siendo propietaria.
La empresa Masi administra estos viñedos – dueños de la mayor antigüedad de la región de Valpolicella- así también como los de los condes Serego Alighieri, que pertenecen a los descendientes del famoso poeta italiano Dante Alighieri desde 1353. En la región de la Toscana, Masi desarrolló proyectos con la colaboración de la familia Serego Alighieri.
En ocasión de un viaje por tierras del Véneto, después de participar como jurado en Vinitaly, puede recorrer estos viñedos de Valpolicella, y probar un método antiguo y especial. Visité varias pequeñas bodegas familiares. Realmente mínimas, dos piletas, unas pocas barricas. Las degustaciones, las degustaciones se hacían en la intimidad de esas cocinas campesinas, junto al hogar encendido en días y noches gélidas. Con fantásticos Amarone, que redescubrí nuevamente en la terraza de Palermo, ya que algunos vinos italianos de Masi se sumaron a la cata de vinos mendocinos.
El modelo véneto, tanto en viticultura como en las técnicas enológicas y en el estilo del vino, se puede exportar y adaptar sólo si las condiciones ambientales y culturales lo permiten. Por este motivo, Masi ha creado las condiciones ideales en Argentina, en el Valle de Tupungato, provincia de Mendoza.
En los viñedos de “La Arboleda”, Masi produce vinos con la tradición véneta: importación de uvas y métodos de vinificación de las tierras italianas, originales y únicas, contribuyendo así a la creación de una nueva expresión en la enología del Nuevo Mundo. Hoy en día los productos Masi están presentes en más de sesenta países en el mundo y las exportaciones superan el 88% de la producción.
En estos viñedos, se han plantado uvas autóctonas veroneses, como la Corvina y la Corvinone, junto con el Malbec, la emblemática vid argentina. Gracias al clima favorable, se aplicó la técnica del appasimento y doble fermentación en las que Masi es especialista. Además con un novedoso sistema de irrigación y humidificación, ha adaptado el micro-clima apto a las exigencias de las delicadas uvas veroneses; quienes también están protegidas por una red antigranizo.
Passo Doble y Corbec
En estos dos vinos se encuentran la naturaleza argentina, generosa, fuerte y exuberante combinados con el estilo de los vinos vénetos: agradables, elegantes y siempre amables. Passo Doble es un vino refinado que fascina por la intensidad frutal, las especias ligeras y el carácter fuerte, pero elegante. Nace de la doble fermentación de las uvas Malbec con un porcentaje de uvas Corvina ligeramente marchitada.
El Corbec, es un vino exquisito, procedente del marchitamiento de uvas Corvina y Malbec. Recordad, Corvina, además de pescado es una variedad de uva. El aroma de cereza ya muy madura y el amplio aterciopelado de las uvas Corvina, se armonizan con la exuberante virilidad y tanicidad del Malbec, creando un interesante e inédito perfil aromático -gustativo.
También probé en otras ocasiones, un blanco de corte, elaborado con la misma filosofía, con una profunda identidad: Passo Blanco Tupungato, Está compuesto de 60% Pinot Grigio y 40%, Torrontés, sin paso alguno por madera con una crianza de 6 meses en tanques y 45 días en botellas. El Pinot Grigio es una variedad típica de la zona del Véneto, que deviene moda en el mundo. El Torrontés, de un antiguo viñedo de Tupungato es más elegante, menos terpénico que los del NOA. Passo Blanco tiene los aromas florales del Torrontés, con toques de pomelo, pajas, duraznos y naranja. Muy fresco y vibrante, con agradable sabor cítrico. Maravilloso con jamón crudo al estilo Parma.