De sabores encerrados en un frasco

Autor Elisabeth Checa
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“Cuando hay abundancia de frutas, verduras y hortalizas en las diferentes estaciones del año, hay una forma de preservarlas: convertirlas en jaleas, chutney, picales  y escabeches… afirma Dolli en la contratapa.  Es un proceso que la conecta con un momento y un lugar particulares y la trasporta a través del tiempo a la casa de sus abuelos. Fue su abuela Teresa Fontaine su fuente de inspiración, quien le enseño los secretos de la cocina familiar y quien le aprendió el arte de encerrar y preservar esos sabores que la hacen volver a sus raíces.

Por su parte Gross  nos enseña en su prólogo, dedicado con profundo amor y respeto a su amiga cocinera, que las confituras aparecen tardíamente en la humanidad, aunque en épocas romanas  y a se mezclaban frutas con miel al estilo de las compotas, entre otros detalles históricos que siempre suman contenido a un libro de recetas.
 
El libro contiene recetas posibles, como siempre, pero además algunos consejos técnicos, como, por ejemplo la esterilización de envases, o la pasteurización de los dulces.

Aunque personalmente  no soy una  golosa, apasionada por los dulcves, hay recetas que me deslumbraron, especialmente las de  pickles y chutney que conocí en mis viajes orientales. Uno por ejemplo,  fácil y rico para asombrar a los invitados porque es perfecto para pescados a la plancha o ensaladas: Pickles de Sandía,  esa  frescura del verano que ya empieza a asomar en el mercado.  Y muchas  otras tentaciones para encarar ya ciertas recetas;  pickles de hinojo y naranja, chutney de tomates amarillos con curry o esos escabeches de codornices y conejo, perfectos para el verano.

Una edición cuidadísima -260 páginas- con fotos deslumbrantes del gran Torres. Y hasta dos tragos diseñados por Ines de los Santos, con quinotos y con limones en conserva.
 

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