Los franceses la llaman Aïoli, el nombre viene de ail -ajo- y oil -aceite- en provenzal. Los catalanes, Alioli. Es una emulsión de ajo, aceite de oliva y sal. Y, eventualmente, una yema. Es todo.
Un toque de esta
salsa mediterránea despierta al plato más simple, desde un pecado hervido hasta un vegetal
. En el sur de Francia se lo utiliza para acompañar huevos duros, ensalada, caracoles o carnes y pescados fríos.
El
gran alioli es una ocasión festiva que se celebra dos o tres veces al año en todo el sur de
Francia. Rodean a la salsa: bacalao pocheado, carne de vaca y de cordero hervidas, vegetales, huevos duros y caracoles.
La
receta francesa lleva, además del ajo picado -hay quienes hierven los dientes de ajo en leche-, una yema, aceite de oliva y, eventualmente, una cucharada sopera de puré de patatas.
Todo trabajado, en mortero, con infinita paciencia. A falta de mortero y de tiempo, lo mejor es una
minipimer. Los nuevos
vinos rosé, pálidos, secos y frescos, son su mejor compañía.