Churros, pasión hispánica

La receta es elemental: una masa frita preparada con harina, agua y sal y una pizca de levadura.  

Por Elisabeth Checa
22 de Septiembre de 2019
Los churros tienen linaje morisco, aparecen citados reiteradas veces en la novela picaresca y suscitaron alusiones esporádicas por parte de Lope de Rueda, Quevedo y Lope de Vega. 

Más “pedigree” imposible; y mantiene sus multitud de fieles. 

En el XIX y hasta la segunda mitad del siglo XX se adquirían a pie de calle y se transportaban ensartados en varillas de junco o cucuruchos de papel hasta los cafés, donde se mojaban en tazones de chocolate negro con el complemento de una copita de aguardiente anisado.  



En América latina, especialmente en Argentina y Uruguay, mantiene su popularidad: aparecen en verano, en las playas, a la hora del mate, con dulce de leche o chocolate.  

La calidad de la masa es un secreto que cada churrero mantiene como un tesoro personal.  Lo importante es la calidad del aceite. 
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