El Mate: más que una infusión

Para sus amantes, cualquier lugar, momento o situación es oportuna para tomarse un buen mate. En la oficina, en el hogar, solo o con amigos. Ha quedado arraigado en la entrañas de la tradición del sur de américa.

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Predominante en Argentina, Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil, aunque también se bebe en Chile y Bolivia, la yerba mate tiene una historia que contar, y con ella, capturar algo de la identidad de estos países.

Su planta denominada Ilex paraguariensis la consumían los pueblos originarios guaraníes, querandíes y qom. Luego de la llegada de los españoles, el consumo se popularizó y expandió hacia todos los habitantes del Rio De La Plata y más allá.

Hoy el mate se toma de muchas maneras según la región, los gustos, etc. En los climas cálidos, se lo bebe con mucho hielo y jugo de limón, de naranja, o simplemente agua helada.

En las zonas con climas templados es habitual beberlo con agua caliente a 80 grados centígrados, con azúcar, stevia, o amargo, tal como se toma en el campo.

Sus propiedades alimenticias no son pocas:

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• Contiene casi todas las vitaminas necesarias para la vida: A, B1, B2, C y E.
  
• Son conocidas sus capacidades diuréticas y digestivas.
  
• Es un estimulante natural, sin contraindicaciones, lo cual influye en el rendimiento físico e intelectual
  
• Tiene bajo contenido calórico y proporciona sensación de saciedad, por lo cual es de gran ayuda para quienes están haciendo dietas para bajar de peso.
  
• Aporta fósforo, calcio, hierro, potasio y magnesio.
  
• Por su aporte vitamínico es considerado un antioxidante natural.

Pero, ¿porque el mate es más que una infusión?

El mate se toma para compartir. Es la excusa perfecta para la charla entre amigos, el centro de reunión de la familia en las tardes de domingo. En muchos casos, es testigo privilegiado de confesiones, secretos e intimidades. El centro que propicia las rondas de charlas. Se distribuye, respetando el turno, como una caricia del cebador hacia quien lo recibe.

Incluso en la soledad y la migración, el mate puede ser un buen compañero. Curiosamente, muchas personas que viven en el exterior manifiestan haber empezado a tomar mate una vez emigrados. Quizás entre sus propiedades, el mate permita anclar la memoria a las raíces propias de la identidad, y en cada cebada recuperar algo de la tierra que los vio nacer.

Como sea que se consuma o se beba, tenemos argumentos solventes para afirmar que el mate es más que una infusión.