El secreto en la invención de las donas.
Nacidas en la tradicional
pastelería holandesa, las
donas llegaron dos siglos atrás al continente americano y son hasta hoy el complemento perfecto para un buen
café.
Asociadas naturalmente con la cultura estadounidense, es posible encontrarlas en muchos otros países y junto a las nuevas tendencias en bollería gourmet sofisticaron su sabores y decoraciones.
Repasamos su historia, algunas curiosidades y te invitamos a preparar las tuyas.
Olykoeks Ese es el nombre original de este
bocadillo de masa frita
dulce que arribó a Nueva Amsterdam (hoy Manhattan) de la mano de los colonos holandeses. Estos, al establecerse en nuevas tierras, fueron cambiando la receta con la incorporación de productos locales.
Alrededor de 1840 (según los registros históricos) el capitán de barco Hanson Gregory, que llevaba grandes raciones de Olykoeks para toda su tripulación preparados por su madre, dio con un descubrimiento que cambiaría la historia de este dulce.
Los
Olykoeks tenían siempre el mismo problema de cocción, el centro no llegaba a cocerse totalmente, hecho que se disimulaba tradicionalmente incorporando una
nuez. Gregory, llamado el
padre de las donas modernas, no hizo más que…¡sacarlo!
De ahí el ahuecado característico y la excusa para erigir una estatua en su honor.
Una nueva tradición, un nuevo nombre Otras de las transformaciones realizadas en Norteamérica fue el cambio del nombre:
doughnut, que significa bizcocho de
nuez, era más simpático que
Olykoeks, pastel de aceite. De allí luego la simplificación a
donut.
¡Prueba esta receta y
haz tus propias donas!
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