En Sicilia tanto la vida cotidiana como la literatura, desde el Gatopardo de Lampedusa hasta las de Andrea Camilleri, están impregnadas de sabores tentadores.
Además de los restaurantes y de las trattorias de los pueblos y ciudades de este sur luminoso, existen puestos, mercados y sitios de cocina callejera donde se come barato y rápido.
Estas son algunas sugerencias para quienes visten este lugar atravesado por tantas civilizaciones: romanos, nórdicos, normandos, árabes y los españoles que aportaron los productos del nuevo mundo, es decir el nuestro.
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1. En la costanera de Palermo hay puestos de pulpo y de pane e panelle, finas tortas de garbanzos.
2. En Catania se pueden encontrar en cada esquina las schichiatte, finas tortas de queso, anchoa, cebolla y tomate.
3. Palermo y Catania son el paraíso de la cocina callejera y remiten a los mercados árabes. Entre los bocados que seducen a locales y foráneos: sarde e bacaffio, sardinas enrolladas, rellenas con pan rallado, perejil y queso rebozadas en harina y fritas en aceite. Y, por supuesto, los arancini que fascinan a Montalbano.
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4. Y los helados, autentica especialidad italiana. Los sicilianos afirman que los trajeron los árabes y de allí partieron al resto de Italia y al mundo.
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