El famoso director de cine Martin Scorsese cumple 80 años este noviembre, y desde El Gourmet lo celebramos con un recorrido por escenas de sus películas que no serían lo mismo sin la comida como estrella.
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Taxi Driver
En esta película oscura y compleja, considerada como cine de culto, vemos a un jovencísimo Robert De Niro interpretando a un exveterano de Vietnam que, al no poder dormir, decide trabajar por las noches manejando un taxi.
La personalidad de Travis se destaca por su soledad y sus conversaciones internas, pero también por su gusto por la comida, los chocolates y los snacks, misma pasión que le produce fijar su atención constantemente a lo que otros personajes comen.
Raging Bull
Conocida en español como Toro Salvaje, en este filme que mezcla la violencia con lo deportivo, destacamos la escena cuando el boxeador Jake LaMotta está a la mesa mientras su esposa le prepara un filete de carne. En esta, él se enfada porque ella lo cocina de más, dando lugar a la célebre frase: “si lo cocinas demasiado no es bueno, destruye su propio propósito”, como todo un gourmet.
Goodfellas
Una de las mejores películas sobre la mafia e ideal para todo foodie. Goodfellas está llena de escenas donde la comida es la estrella; destaca en especial una en la que Paulie está cocinando en la cárcel, específicamente cortando ajo, y gracias al acercamiento de la cámara se aprecian las finas laminas del bulbo que rebana con una navaja, al tiempo que se escucha la voz que describe la manera en la que preparan las mejores pasta con albóndigas al estilo siciliano. ¿Quién más se tentó de este plato?
Age of Innocence
La condesa Ellen Olenska, interpretada por Michelle Pfeiffer, acude a una cena donde está presente la aristocracia de la Gran Manzana del siglo 19; la secuencia se distingue por sus múltiples acercamientos a los platillos e instantes en cámara lenta sobre éstos que reflejan lo selecto y ostentoso de la velada, en la que se sirven ostras, pescado y otros elegantes bocadillos.
The Wolf of Wall Street
En el caso de esta película, los vínculos entre los personajes se tejen gracias a la comida y a la bebida. Para empezar, una escena famosa sucede cuando Leonardo DiCaprio está en un restaurante con Matthew McConaughey y este último pide martinis, pero DiCaprio sólo se limita a beber agua y comer aceitunas.
Esto cambia radicalmente más tarde, pues el protagonista come y bebe con todos los personajes que comparte escena a lo largo del filme, así que no faltan los cocteles, hamburguesas, donas, sushi y hasta langostas.