El limón es una de los frutos más versátiles. En la cocina se utiliza para elaborar postres, comidas y para saborizar ensaladas, infusiones y cócteles. Su sabor cítrico le da un aroma incomparable y especial. Su perfume puede predominar o ser, simplemente, un toque pero siempre le dará distinción.
Aunque en la mayoría de los platos, no sea el ingrediente principal, es parte de infinidad de recetas elaboradas por las distintas culturas del mundo. Es de aquellos productos que no pueden faltar en tu cocina.
A las ensaladas y vegetales crudos les da un toque fresco y ligero que permite balancear con ingredientes como el aceite. Si lo utilizas como único condimento también quedará muy bien.
Para aquellos a quienes les gusta la carne bien tierna, el limón es uno de los productos que logra ablandarla ya que el ácido rompe sus fibras. Ideal también para preparar marinados y salsas para carnes.
El ácido del limón ayuda a reducir la oxidación, lo que permite mantener vivas frutas y vegetales. Agregar un poco de jugo de limón a una ensalada de frutas o a algún postre que tenga frutos frescos hará que no se pongan feas.
El limón también se ha ganado un buen lugar en las barras de tragos, jugos e infusiones. La limonada se ha vuelto tan clásica como popular ¡No podía ser de otra manera! Ya que mezclando tan solo agua, limón y azúcar obtenemos una bebida refrescante y gustosa. Ideal para los días de calor.
Y como si todo fuera poco, es un gran aliado a la hora de realzar el sabor de pescados y mariscos. Muchas veces, hasta se lo utiliza como único ingrediente.
Imprescindible para los platos salados y para los dulces es uno de los productos que no pueden faltar en el mundo de la repostería. Tanto la ralladura como el jugo de limón, le brindan a las masas y bizcochos un sabor difícil de reemplazar.