Vinos extremos
Los vinos no escapan al calentamiento global, esos vinos, los extremos que crecen en lugar impensados, como Chubut o Santa Cruz, son los vinos del futuro Vinos fríos, ácidos y diferentes parea un mundo caliente en mas de un sentido.
Por Elisabeth Checa
15 de Marzo de 2016
Ya no hay dinosaurios en la estepa neuquina, solo la sombra, esas huellas de lo que fuera el monstruo en la cava de la bodega Familia Shroeder. Sus vinos son cada vez mejores. La bodega que tiene más variantes del Pinot Noir, bajo todas sus formas y un Malbec diferente. No solo porque los viñedos crecieron en estos años, se equilibraron y ocuparon esa vastedad del desierto.
San Patricio del Chañar, aquel desierto convertido en un verde oasis de viñedos es el lugar elegido también por otras bodegas como Bodega de Fin del Mundo, NQN y Patritti.
Guillermo Barzi Canale intento definir una denominación de origen o por lo menos una indicación geográfica. Agrupar a los pequeños productores, y a las cooperativas, organizarlos. De ese esfuerzo no quedo demasiado, pero su bodega, Humberto Canale, que contaba con la conducción del gran enólogo Don Raúl de la Mota comenzó a elaborar vinos cada vez mejores, especialmente Pinot Noir y Merlot. Después vendría Marcelo Miras y ese hippie trasgresor, Hans Vinding -Diers. En viaje iniciático con Guillermo Barzi, los productores del Alto Valle nos mostraron sus espumantes, un experimento con el que intentaban la segunda fermentación en botella, en cualquier rincón de la casa, hasta bajo la cama de esa euforia, las burbujas fueron fugaces. A estos restos de viajes y aventuras me remiten alguna cosa que pruebo.
Los vinos tienen historia, es parte de su terroir, de su modo de ser vino. La zona de los vinos fríos, así llamaba Guillermo Barzi a su soñada denominación. Noema y Chacra, las dos pequeñas bodega de nobles italianos en el Alto Valle son una prueba de la calidad de los vinos patagónicos. De su carácter.
Más rarezas: en dónde intervino Miras, insisto, rey de la Patagonia, Océano, la bodega a pocos kilómetros de Viedma, con sus vinos con sabores salinos. No me asombraría que en algún momento apareciera algún viñedo despistado en Tierra del Fuego. En todo caso, Bernardo Weinert elaboro vinos en Chubut, un socio del Club del Buen Beber está haciendo ensayos en Santa Cruz, el empresario Alejandro Bulgheroni, que acaba de inaugurar su espectacular bodega de Garzón, ya tiene viñedos en Sarmiento, también en Chubut. La vid, la vida está en el sur. Son estos vinos, briosos y sutiles hijos del frio. En ellos conviven frescura y complejidad.
San Patricio del Chañar, aquel desierto convertido en un verde oasis de viñedos es el lugar elegido también por otras bodegas como Bodega de Fin del Mundo, NQN y Patritti.
Guillermo Barzi Canale intento definir una denominación de origen o por lo menos una indicación geográfica. Agrupar a los pequeños productores, y a las cooperativas, organizarlos. De ese esfuerzo no quedo demasiado, pero su bodega, Humberto Canale, que contaba con la conducción del gran enólogo Don Raúl de la Mota comenzó a elaborar vinos cada vez mejores, especialmente Pinot Noir y Merlot. Después vendría Marcelo Miras y ese hippie trasgresor, Hans Vinding -Diers. En viaje iniciático con Guillermo Barzi, los productores del Alto Valle nos mostraron sus espumantes, un experimento con el que intentaban la segunda fermentación en botella, en cualquier rincón de la casa, hasta bajo la cama de esa euforia, las burbujas fueron fugaces. A estos restos de viajes y aventuras me remiten alguna cosa que pruebo.
Los vinos tienen historia, es parte de su terroir, de su modo de ser vino. La zona de los vinos fríos, así llamaba Guillermo Barzi a su soñada denominación. Noema y Chacra, las dos pequeñas bodega de nobles italianos en el Alto Valle son una prueba de la calidad de los vinos patagónicos. De su carácter.
Más rarezas: en dónde intervino Miras, insisto, rey de la Patagonia, Océano, la bodega a pocos kilómetros de Viedma, con sus vinos con sabores salinos. No me asombraría que en algún momento apareciera algún viñedo despistado en Tierra del Fuego. En todo caso, Bernardo Weinert elaboro vinos en Chubut, un socio del Club del Buen Beber está haciendo ensayos en Santa Cruz, el empresario Alejandro Bulgheroni, que acaba de inaugurar su espectacular bodega de Garzón, ya tiene viñedos en Sarmiento, también en Chubut. La vid, la vida está en el sur. Son estos vinos, briosos y sutiles hijos del frio. En ellos conviven frescura y complejidad.