Muñecas bravas

  La socióloga y periodista  mendocina María Josefina Cerutti revela en su libro de Editorial Planeta , publicado con el título Ni ebrias ni dormidas, el papel de las mujeres en su provincia vinera, desde las cosechadoras hasta las bodegueras.

Por Elisabeth Checa
11 de Marzo de 2016
 Y establece un divertido e ilustrado diálogo entre las mujeres y el vino a través de la historia.  Un libro suave, inteligente y ameno,  poblado de aromas y sabores, para degustar solas o acompañadas. En general, son las mujeres quienes recorren las góndolas, son más transgresoras, vanguardistas y curiosas que el hombre, tradicionalmente marquista. Se interesa más en la relación platos y vinos, se fija sensatamente en el precio, al comprar o al pedir en el restaurante porque es menos snob. Sabe que no siempre lo más caro es lo mejor. Y, ya sea por razones  culturales, la abuela prehistórica que probaba y olía en la cueva los guisos que cocinaba para el macho cazador  u hormonales, se afirma que las nenas tienen más capacidad para detectar aromas y sabores.

Sí todavía hay algún viril trasnochado que cree que el vino tiene poco que ver con las damas, que lea a Colette o a Safo, grandes hedonistas para quienes el vino era tan importante como el amor.

Felizmente llego la hora: en el día de la mujer, o cualquier día, brindaremos con el vino que se nos cante.Nos somos fundamentalistas pero si el vino lo elaboró Susana Balbo, Soledad Vargas (Finca La Anita), Paula Borgo de Bodega Séptima, o Marisel Millán, entre otras enólogas, mejor. No somos Sapo de Otro Pozo ni Mosquitas Muertas,  nombre de los notables vinos modernos que elabora Millán.