Fusión entre dos mundos

Por Elisabeth Checa
16 de Septiembre de 2020

La cocina mexicana es el resultado del mestizaje entre la población originaria y el mundo ibérico. 


México mandó a Europa jitomate, cacao, vainilla, chiles, frijol, maíz y frutas aromáticas como la guayaba y la guanábana. Por su parte los conquistadores introdujeron azúcar de caña, trigo, cítricos, gallinas y corderos todos productos desconocidos por aquí.

Pocos años después se vendían todos ellos en los mercados y sin distinción.

El pan es un buen ejemplo de la fusión entre dos mundos. Comienzan a abrirse panaderías y muchos locales aprenden el oficio y con la creatividad propia de su cultura producen una vistosa bizcochería con nombres adecuados a la fantasía de sus formas: chilindrinas, campechanas, novias, rejas, besos, mordidas y muchas más.

Estos panes acompañan los asados de Poncho Cadena, un sabroso ejemplo de la unión.


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